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La inflación, los problemas globales de suministro y la propagación de la variante ómicron están ralentizando la economía de la Unión Europea, sin embargo, la Comisión Europea no espera que tenga un impacto relevante sobre la recuperación y apunta a un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 4% en 2022.
El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, aseguró que “los problemas de oferta han crecido y los precios energéticos siguen siendo muy altos. Esto ha hecho mella en la producción industrial y ha empujado a la inflación por encima de las expectativas”.
Respecto al suministro, los principales problemas están dados por la escasez de semiconductores y metales básicos. Frente a esto, el Ejecutivo comunitario espera que esta situación se extienda hasta “al menos” la primera mitad del año.
Sin embargo, la Comisión Europea prevé que estos factores no descarrilen la recuperación debido a que irán desapareciendo paulatinamente, sobre todo en la última parte del año.
“Se espera que el crecimiento vuelva a una senda de expansión sólida cuando se supere la ola de infecciones, las condiciones de la oferta se normalicen gradualmente y las presiones inflacionistas se moderen”, explicó Gentiloni.
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