El lobby de potencias mundiales que frenó los avances en políticas radicales a nivel medioambiental durante la COP26


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193 países que participaron de la cumbre climática de Glasgow llegaron a acuerdo respecto de varios puntos para frenar los efectos del cambio climático, sin embargo, el cierre de este encuentro no estuvo exento de complicaciones entre las potencias mundiales.

Inicios

A fines de octubre en Glasgow, Escocia, comenzaba oficialmente la cumbre de la ONU sobre el cambio climático. Lo novedoso de este encuentro de la COP26 era precisamente que los científicos habían advertido que era una última instancia para evitar las peores consecuencias de la crisis climática.

Las miradas estuvieron puestas en las potencias mundiales. China y Estados Unidos, sobre todo, por ser aquellos países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero.

Las negociaciones

La discusión entre los países miembros se extendieron incluso 20 horas más del plazo establecido, pues no se lograba llegar a acuerdo respecto del documento final. Si bien éste no es legalmente vinculante, algunos países sí van a implementar la vía legal para hacer cumplir los acuerdos.

“Finalmente los 193 países llegaron a un acuerdo que nombraron “Pacto Climático de Glasgow” y que, después de 5 años, por fin deja al Acuerdo de París con un reglamento claro para su funcionamiento, además de otros pasos históricos y, también, más de una decepción”, explica un artículo de La Tercera.

Así, el pasado 13 de noviembre se estableció el documento final que va en la línea de la reducción del carbón, el compromiso para “metas más estrictas contra la quema de carbón el año entrante” y se “le insta a los países desarrollados a que por lo menos dupliquen sus provisiones colectivas de financiación dirigidas a ayudar a las naciones en vías de desarrollo adaptarse al cambio climático para 2025”, según explica la BBC.

Puntos clave

El mismo artículo rescata del documento oficial cinco puntos clave relacionados con los compromisos de los países y aquellos aspectos que podrían contribuir a los efectos del cambio climático pero que no contienen ningún tipo de obligatoriedad.

Por ejemplo, “ se le insta a (en lugar de comprometer a) los países desarrollados a duplicar los fondos para los países en desarrollo para ayudarles a adaptarse al cambio climático”, asimismo “se le solicita a los países a actualizar a más tardar el año entrante sus metas de reducción de carbono para 2030”, “se hace énfasis en la necesidad de “aumentar significativamente el apoyo” a los países en desarrollo más allá de los US$100.000 millones al año”, “se establecerá un diálogo para examinar el tema de dinero a cambio del daño que el cambio climático ya ha causado” y “se hace un llamado para reducir gradualmente el uso del carbón como fuente de energía y los subsidios a los combustibles fósiles ineficientes”, según explica la BBC.

Este último punto fue uno de los más polémicos durante la jornada de negociaciones.

Carbón “reducido” y no “extinto”

El presidente de la COP26 a nombre de Reino Unido, Alok Sharma, estuvo a favor desde un principio de acelerar la eliminación progresiva del carbón y las subvenciones a los combustibles fósiles”, según un artículo de La Tercera.  

Sin embargo, el lobby hizo lo suyo. Y es que según un análisis de Global Witness, un total de 503 lobbistas de la industria fósil llegaron hasta Glasgow.

Y el resultado fue que “de “eliminación” se pasó a “reducir gradualmente” el uso del carbón y a eliminar solo los subsidios “ineficientes” al resto de los combustibles fósiles”, según el mismo medio. La modificación fue encabezada por China e India.

Conclusiones tras la cumbre

Para algunos personeros, la cumbre fue de pocos acuerdos relevantes. Según el medio alemán Deutsche Welle, Osver Polo, miembro de Climate Action Network (CAN) Latinoamérica, afirmó que “se mantiene el objetivo de limitar la temperatura del 1,5°C, como exige el Acuerdo de París”, sin embargo, lamentó que “el financiamiento climático para los países del sur, para que puedan implementar sus planes de adaptación y de mitigación, aún sigue siendo una promesa incumplida”.

“Se trata de los 100 mil millones de dólares al año para 2020 prometidos por los países desarrollados para reducir la vulnerabilidad al cambio climático de los países en vías de desarrollo, como los de América Latina y el Caribe”, explica el medio.

Por su parte, Ilan Zugman, Director Gerente para América Latina de 350.org, explicó que “el movimiento climático consiguió que se pusiera el foco en las discusiones globales sobre peticiones relacionadas con los mecanismos de Pérdidas y Daños”, no obstante, precisó que “la COP26 ha confirmado la falta de voluntad política de muchos de los países más ricos para contribuir de verdad a la justicia climática”.